Llego corriendo a la área de Zootecnia de la universidad, a lo lejos reconosco un rostro familiar y me siento algo aliviado al saber que al menos no tendré clase con gente desconocida.
Todos están rodeando un pobre y asustado ternero que no para temblar. Al llegar la profesora (a la que llamaremos la bruja) me mira de arriba abajo. Abre la boca, pero la interrumpo - lo siento, se me fue el bus de la universidad- miento.
Sigue sin quitarme la mirada.
- Ah se te fue el bus de la universidad, pues yo lo único que quiero en mi clase es que todos aprendan las cosas que todo veterinario zootecnista debe saber. Todo este tipo de cosas son muy importantes, si por mi fuera que no me paguen por ser lo que soy por que ser veterinaria y enseñar, es mi hobbie- hasta ese punto todos están callados y en nuestras cabezas pensamos: Ni fregando se negaría a recibir una paga por dar clase y perder su tiempo con nosotros - es mi pasatiempo favorito y no lo cambiaría por nada, así que yo tolero cualquier cosa menos la tardanza - termina y sin dejar de mirarme a los ojos le digo - ok, esta bien- vuelvo a mentir.
La bruja cree que soy uno de esos pituquitos mas a los que enseña, seguro piensa que vivo en la Molina, o Surco , o Miraflores, como ella quizá. O que tal vez tengo auto propio, o mi papá me deja en la puerta de la universidad en su carro, como quizá alguna vez a la bruja la dejaron siendo estudiante. Piensa la bruja que yo vivo a 10 minutos tal vez de la universidad y que vivo en un mundo sin trafico, como en el que tal vez ella vive.
Pero seria absurdo decirle que no habían combis en mi paradero de San Juan de Lurigancho. Que tal vez no me cree si le digo que todas pasaban llenas y que por mas tarde que sea, no pienso subirme a una combi mostrando el trasero por la ventana donde se pueden jalar mi billetera. La bruja no sabe que tengo que tomar 3 carros. Si, no uno ni dos, TRES!. Pienso ,que ella debe estar de mal humor por que desayunó, por eso, me atrevería a decirle con todo el descaro del mundo que ya somos dos y que mientras me hablaba se me antojaba una hamburguesa de solo ver pura vaca a mi alrededor. La bruja no entendería que vivo en "el culo del mundo" (como dice la mayoría).
Pero todo eso me lo aguanto y la bruja sigue dando cátedra sobre vacas, mientras el pobre ternero me mira con sus ojos negros.
A la semana siguiente la bruja no fue a clase, quien sabe por que, algunos decían que tuvo conferencia en San Marcos. No llamó para avisar que no iría. Creo que a eso se refería con que ser profesora era solo su hobbie.
ps: Este es otro post programado, quiere decir que si funciono eso de programar los post. Si están leyendo esto es que probablemente llevo mas tiempo de lo esperado fuera de la blogosfera y quien sabe que me habrá pasado.
Para eso hay una pequeña encuesta en el lado derecho que revisare algún día, cuando pase por aquí de nuevo.
un saludo a cada uno, donde quiera que yo esté.