sábado, 29 de enero de 2011

Volver a querer



Aún recuerdo cuando conocí a P. Con su mirada profunda, su sonrisa bella y su actitud desafiante. Cuando la conocí ella sufría por un hombre anónimo; y por cosas de la vida luego no la volví a ver más sino hasta que nos invitaron a mi y a su prima (que es amiga mía y quien nos presentó y que llamaré I), a pasar año nuevo en trujillo. Donde vive con sus padres.

Tardé unos minutos, desde que llegué, en comprender que me había enamorado sin querer. Enamorado, si. Eso que no me pasa desde hacia mucho.

Me sentí como un muchacho en la secundaria que se pone nervioso con solo verla y que se limita a verla en vez de hablarle, en vez de hacerle saber como eres, quien eres en realidad. Pero fallé.

Fallé por intentar querer ser ese chico sensible y vulnerable que e sido toda mi vida. Así que decidí cambiar y mi actitud se volvió un poco soberbia y antipática después de eso. Y volví a fallar.

No me gane su enemistad pero tampoco su cariño.

Y a pesar de todo, sentí la llama del amor, arder después de todo ese tiempo, en mi corazón; ese calor, aquel vértigo, aquella adrenalina que nos da el amor. Que nos llena

Con los días que siguieron logre ver otra cara de ella. Esa que solo las personas enamoradas no ven en un inicio. Su verdadera forma de ser.

Y, ella hablando por teléfono con algún anónimo más (quizá) y texteandolo, caducaban aquella pequeña conexión que sentí nacer en un inicio. Con sus palabras, sus coqueteos, su risa. Yo era solo otro huevon mas enamorado.

Y aun así, la llama seguía prendida a pesar de estar ya resignado a mi completo fracaso. -Pero....fracaso en que?, si nada de eso estaba planeado- me pregunto yo mismo sin saber que responderme. Hasta que llegue a la simple conclusion (e idea más logica): Tal vez no sea para mi...o quizá no soy para ella, aún. El amor es asi, bobo.

La noche que nos toca regresar a Lima, van a despedirnos, ella solo me da un abrazo. Yo la cojo fuerte, no recuerdo si le dije algo o no, solo recuerdo que quise sentir su aroma por ultima vez.
.
Les premeto volver, pero en el fondo creo que todos sabemos que eso es tal vez una mentira.

Ya en el bus y viendo por la ventana, nos despiden con las manos alzadas. Y ella, su hermana y sus padres con los ojos aguados, vuelven a sus vidas tranquilas pero divertidas en trujillo. Mientras que yo vuelvo a un futuro indeterminado en Lima. Los envidio.

EPILOGO

A la mañana siguiente amanezco sudado por el bochorno del bus, a mi lado va I, mi gran amiga, de esas que vale mantener toda la vida. Ella duerme como si no hubiera dormido en días. Ella suda también.


Veo por la ventana la cruel realidad - ...llegamos...- pensé. Y me doy cuenta que me encariñe mucho con toda esa gente, me encariñé con P. Casi por un momento, al abrir los ojos, había pensado que la despedida de la noche anterior había sido un sueño y que aún seguía en trujillo. Pero me golpeo con la cruda verdad de que estoy a 10 minutos de la terminal. Puedo escuchar la bulla urbana afuera.

Al llegar a la puerta de la casa no puedo evitar sonreír y sentir aquella llama en mi corazón flamear un poco. Y en mi mente le agradezco a P por enseñarme que se puede volver a querer otra vez.

Giro las llaves y logro entrar.