domingo, 20 de mayo de 2012

Aquel día que se acabó

Aquel día que se acabó, no se nos acabo el amor. Se nos acabo las ganas de seguir.
El amor seguía allí, flotando, buscando quien lo coja y tome valor para afrontar la vida.

Pero eso nos pasó. Ambos lo entendimos, pero ambos fuimos los culpables de colocarnos en la posición en la que nos encontramos ahora.
Siempre fue de los dos. El amor. El deseo. El cariño. El respeto. Las fallas.

Contigo en un año aprendí lo que un adulto entiende casi toda una vida. Y no me refiero a la vida en si. Aun me (nos) falta.
Hablo de lo que significa llegar a ser amado. Porque por mas que pasen muchos años, hasta la persona mas anciana puede nunca haber experimentado lo que tu me has hecho sentir. Y por eso te amare siempre.

Aquel día que se acabó, fue un día como cualquiera. Recuerdo haber despertado sin saber que eso pasaría.
Como todos los días, fuiste lo primero que pensé al abrir los ojos.

Fue un día como cualquiera, pero yo lo recordare siempre. Recordare que el tema surgió de la nada.
Recordare que te note rara, aquel día que se acabó. Recordare tu intento exitoso por lograr que nada se mal entienda. Y lo entendí.

Aquel día que se acabó, no se como regrese a casa. Habré llorado? no lo recuerdo. Me habré enojado? tampoco lo recuerdo.
Solo recuerdo haber sentido que estabas tranquila contigo misma. Y al menos eso me reconfortó.

Desde ese momento supe que nada seria igual. Por mas que intenté desenamorarme gradualmente, me enamore aun mas. Y se que tu también. Pero lo no dije.
Incontables fueron las veces que quise que no desviaras tus adictivos labios, solo para otorgarme la mejilla derecha. Te ame, por cuidarme.

Aquel día que se acabó, supe solo una cosa. Que no volvería a amar en mucho tiempo a otra que no seas tu.