miércoles, 17 de octubre de 2012

Puerto lopez

PUM PUM PUM

PUM PUM PUM

Mis ojos se abren y levanto la cabeza algo asustado.

PUM PUM PUM

Quien?!?! - digo con voz ronca.

Joven, lo buscan los de su tour- me dice la dueña del hotel con quien habia entablado amistad.

Enseguida voy - le digo al mismo tiempo que reacciono del todo.

Al ponerme de pie mi cabeza da vuelta. Con dificultad voy al baño a lavarme la cara. No tengo tiempo para ducharme, pensé.

Me puse un polo azul y un short blanco. Busqué una toalla (que nunca usé) y metí como pude la camara fotográfica (que usé poco) dentro del canguro.

Al bajar la muchacha que me habia ofrecido el tour me sonrie con nerviosismo.

Perdoname, me quede dormido - le dije.

No te prepcupes, aun hay tiempo - me dice.

Y era verdad, al subir al auto del tour aún habia asientos vacíos. Me sente al lado del chofer y caí dormido. Que dure mil horas el camino, me dije.

Pero no, me desperto la voz del condutor una hora después al decir: señores, hemos llegado a puerto lopez.

Si hubiera tenido la camara a la mano le hubiera tomado una foto. Pero como ya dije una vez: los mejores momentos del viaje no los tengo en fotos.

El cielo aun estaba un poco oscuro pero a lo lejos el sol asomaba.

Al bajar a la playa nos hicieron quitar los zapatos; temí por mis zapatillas Vans favoritas. Luego nos subieron al bote para enrumbar mar adentro.

tardamos como 40 min en lograr llegar mar adentro. Unos cuantos se marearon, incluidos yo, quien tuve que ir al baño incontables veces para vomitar lo que ya no tenia en el estomago. Al parecer la mala noche y la resaca me habian jugado mal, sobre todo por mi genial idea de subir a un bote.

Nunca habia estado tan lejos de la tierra, el agua era azul oscura, se movia temiblemente sin dirección alguna formando pequeñas olas sin destino, de pronto vimos un chorro de agua a lo lejos.

Ballenas!!! - grita un colombiano turista.

El resto es cosa que deberian de ver con sus propios ojos. El guia nos decia la problematica con las ballenas y la contaminación

Recuerdo ese rato pensar: los problemas son grandes incluso para las ballenas.

10 avistamientos de ballenas después, regresamos a tierra firme, les juro nunca amé tanto regresar a pisar arena. Cojimos nuestros zapatos y enrumbamos camino de regreso a montañita.

Eran las 12 pm cuando llegue a mi hotel. Esas eran mis ultimas horas en aquel lugar. Ya era tiempo de volver.

jueves, 11 de octubre de 2012

La playa

Ya dentro de la disco me dirijo a la barra. Hay un monton de gente ese sabado. Gente que viaja desde todos las provincias de ecuador y gente de todo el mundo.

Pido una cerveza que generalmente cuesta 4$ y que generalmente es mucho mas grande que las botellas que tenemos aqui en perú. Allí en montañita se toma a pico.

A mi lado una chica se sienta. Yo la observo detenidamente, ella voltea y me mira, sonrie y se va.

La sigo con la mirada, cuando de pronto veo a C cruzar justo en frente.

Lo llamo por su nombre y el voltea y dice, te hemos buscado brother!!

Me presenta a sus amigas peruanas. Fue raro, pues es un poco extraño tener que conocer compatriotas en otro país.

L y S eran sus nombres.

Hablamos de todo y bailamos y bebimos como hasta las 5 am.

Vamos a la playa, dice alguien.

Pero por algun motivo volvemos a aparecer en la calle de los cocteles que seguia repleta.

C se encontro con un amigo quien venia acompañado de una uruguaya que estaba pasada de copas. Luego de unos minutos de unirce al grupo, desaparecieron.

S y yo nos ponemos a conversar muy amenamente, nos parecemos en algunas cosas y nos reimos de cosas sin sentido.

Por otro lado C y L terminan sus tragos y se alejan caminando a la playa.

Pot inercia S y yo los seguimos, tambaleando. Pero C y L caminan mas rapido que nosotros y se alejan mucho más. Los perdemos de vista.

Estoy muerta, dice S. Yo le respondo igual.

Ambos nos sentamos frente al mar mirando el cielo que aún sigue oscuro. ¿Puedes verlos? Me pregunta.

Creo que si, pero no seria bueno interrumpirlos; le digo al lograr distinguir el cuerpo desnudo de L sobre el de C bien lejos de donde nos encontrabamos.

¿Que? Jajaja ¿como los vez? Si creo que estan bien lejos, yo no veo nada; pregunta.

Y es en ese momento donde me da pereza explicarle que llevo lentes de contacto, asi como los motivos por el cual me encuentro tan lejos de mi ciudad, quiza hasta tener que explicarle porque me doy el lujo de viajar solo. Todos esos detalles que no son necesarios que alguien que recien conoces sepa.

Tengo buena vista; le digo algo candado.

Nos quedamos callados un buen rato y ella se recuesta en mi hombro.

¿Vamonos?, me dice.

¿No esperarás a L?, le digo.

Ambos volvemos a reir.

Para nada, aparte ¿mañana no te ibas a Puerto lopez?

En ese rato se me quita el sueño, reacciono, y recuerdo que tenía un tour ya pagado hacia ese lugar.

Tenemos que irnos, le digo rapidamente.

Nos ponemos de pie limpiandonos la arena. Al caminar las calles ya estan vacias y el cielo ya muy claro.

Nos despedimos y quedamos en vernos mas tarde al regresar de mi tour. Cosa que nunca pasó. Pero esa es otra historia.

Solo recuerdo que subí a mi habitación como pude, me quite la ropa y me metí a la cama.

Eran las 6:20 am, a mil kilometros de mi hogar, y al parecer habia conocido a alguien que se parecia a mi.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Caipirinhas

Esa noche quedamos en encontrarnos en la famosa calle de los cocteles. Para que se hagan una idea, se trata de una calle grande en donde tanto por derecha como por izquierda hay puestos de madera repletos de bebidas con todos los tipos de tragos inimaginables.

Entro a esta calle y camino por 20 minutos. Eran como las 10:40 cuando me di cuenta que C y sus amigas no daba señales de aparecer.

Me aserco a uno de los puestos y el que atiende me dice: una bebida amigo?

Cualquera que tenga ron, le respondo.

Lo interesante de este lugar es que los tragos se preparan delante tuyo, cual si fuera un fastfood. Era muy gracioso pues tambien habia musica. Aquella gente parecia no tener problemas. Todos bailan. Todos caminan de un lado a otro.

Luego de 3 minutos aquel señor me entrega un enorme vaso que nunca supe que tenia exactamente.

10:51 y C no aparecia por la calle.

Deme otro...mmm que es lo que mejor prepara?. Le digo sacando la billetera.

Las caipirinhas mi amigo. Me dice.

Luego de 4 caipirinhas de fresa, mango, manzana, y de coco. Mi entusiasmo habia crecido. A mi lado unos turistas bailaban regueton que sonaba a lo lejos en una de las discoteacas de enfrente.

Tiene pisco? Le pregunto al bartender.

Amigo, yo se que usted es peruano, no le voy a mentir, pero el unico pisco que tengo es el que me trajeron unos chilenos hace unos días.

Ambos reimos y le digo que mejor no.

Me despido de aquel señor y el agradece la charla que nos dimos mientras el preparaba los tragos.

Vuelva pronto, me dice.

La proxima vez que venga traigo un pisco peruano, le digo.

Aquel señor sonrie aun más y me estrecha la mano.

Me alejo del puesto y emprendo rumbo a una disco que quedaba frente al mar.

En el camino, trato de recordar el nombre de aquel señor y creanme que si alguna vez van a montañita, les recomendaria su puesto que tiene las mejores caipirinhas que he probado en mi vida.

lunes, 8 de octubre de 2012

Clases de surf

El día amenece muy hermoso, con sol.Son casi las 12. Me recupero un poco de la noche anterior saliendo a tomar un batido de frutas.

La del puesto de batidos pregunta si soy peruano. Yo le digo que si, y entablamos una conversación de casi 30 min.

Al irme y prometiendo volver, veo el anuncio clases de surf en una tienda.

De alguna manera me senti arriesgado ese día, nunca en mi vida hubiera pensado en meterme muy dentro del mar, sobre todo por la cantidad de miedo que mi madre siempre me impuso.

La argentina, que estaba en la caja, me entraga el recivo y acordamos que mi instructor me veria a las 4pm en esa misma tienda.

...

Pasé la mayor parte de la tarde la pase conociendo más el lugar, viendo artesanias que nunca compré.

La gente, ese sabado, parecia muy entusiasmada. Y si no fuera porque las calles eran pequeñas, me parecia que habian cada vez mas personas.

Ya como a las 3:50 salí del hotel. El instructor de tabla estaba en la tienda. Su nombre era C y tenia 27 años, pero parecia de mi edad.

Aquella tarde me caí un monton de veces de la tabla, solo logré ponerme en pie unas tres veces durante 4 o 5 segundos.

Ya como a las 6 el atardecer en motañita se acababa. C me pregunta si quiero seguir. Yo le digo que no. Y era verdad, me dolia ya todo el cuerpo.

Caminando por la playa C y yo nos volvemos amigos, nos contamos algo de nuestras vidas, C es local, a vivido en montañita toda su vida, tiene. Un hostel de 3 pisos que es en donde vive junto a su familia. Luego pregunta algo que no habia preguntado hasta ahora: ¿de donde eres?

Al darle mi respuesta, agrega: oh, en mi hotel viven dos peruanas. Salgamos esta noche.

Yo asiento con la cabeza.