jueves, 17 de noviembre de 2016

Volví, pero para irme.

Desde aquella noche en la que decidí dejar el blog e intentar lidiar con mi vida emocional solo he visto unas tres veces el blog.

Han pasado casi 4 años.

Me fui del país.

Subi un poco de peso.

Cambie de corte de cabello.

Viaje mucho, creo.

Conocí el amor otra vez, pero de una forma distinta.

Me case.

Me gradué por primera vez desde que salí de la secundaria en 2004.

Hice nuevos amigos.

Aun así, me di cuenta que no estoy feliz del todo... Y creo saber por que.

El asunto es que quisiera seguir haciendo esto, escribir, compartirlo e incluso aprovecharlo. Si dejo que este talento se marchite, se morirá. Y ya no habra vuelta atrás.

Estoy bien con saber que lo que soy ahora es mucho mejor de lo que era antes y si alguien en alguna parte esta leyendo esto... quiero que sepa que volví, pero para irme otra vez.

Para ir de caminata con mi mente y mi corazón.

adios.

miércoles, 2 de enero de 2013

El aeropuerto, el vestido morado y el adiós

-Cuidate mucho hijo mío-  dice mi mamá mientras me abraza fuerte pero a la vez rápidamente, como si soltarme mas rápido fuera a causar menos dolor en nuestra despedida.

Yo me volteo y mis ojos se llenan de lagrimas sin que ella lo note, pero trato de controlarme. Entro a la puerta y desaparezco de su vista. Me quedo unos segundo allí parado y, una vez con los ojos desatormentados, volteo a verla; ella sonríe y alza la mano, yo hago lo mismo y en fracciones de segundo viene a mi mente la imagen de aquella chica de la que vengo hablando desde post anteriores junto a ella.

Ella a diferencia de todas las personas que he mencionado en este blog no tiene nombre, por alguna razón siento que nunca se ganó un lugar aquí, aunque indirectamente ya lo hizo.

Mi mente viaja un año atrás, cuando ella fue a despedirme al aeropuerto. Que nostalgia. Y a la vez que doloroso fue ver a mi madre allí parada con la mano alzada y la sonrisa colgada mientras yo iba imaginando a otra persona a su lado.

Me volteo rapidamente y ella grita: chau! Y yo, sin mirar atras, alzo la mano.

Creo haber tenido una mezcla enorme de sentimientos, pues recuerdo que quise alejarme de ese lugar lo mas rápido posible, y aunque suene paradójico a la vez quise quedarme allí, en algún mundo paralelo quizá se podía regresar en el tiempo y revivir aquellos momentos. Pero esta vida es así, los mejores momentos de la vida fueron solo eso... momentos. Y así me quede un buen rato, pensando en eso, mientras me colocaba la cadena de plata que siempre uso tras salir de los controles de seguridad.

Mi avión viene retrasado y eso me da tiempo a dar una vuelta por el aeropuerto. Y a pesar de tratar de distraerme viendo a la gente pasar, mi mente vigila mi teléfono. Se habrá enterado de mi viaje? Es estúpido y me burlo de mi mismo por pensar en cosas que no diré aquí.

Vuelvo a recordarla en el aeropuerto. Ella con un vestido morado y con unos aretes brillantes. Con un bronceado desigual. Con su sonrisa nerviosa. Mi mamá estaba allí. Yo recuerdo haber pensado que ella seria la mujer de mi vida, lo sentía. Recuerdo también que antes de aquel viaje le dije: no vayas a despedirme, es muy lejos; pero por dentro me decía a mi mismo: si me ama de verdad, irá. Y se apareció allí en el aeropuerto, llegó incluso antes que yo. Que triste es. Pero quizá si me amó y el que tiene todas estas cosas guardadas soy yo. El que sigue sin aceptar todo esto. No lo se. Y creo nunca jamas averiguarlo.

Se me hace un sabor amargo en la boca.

Y mientras me reclino en uno de los asientos de la sala de espera, me pongo a pensar en que estará haciendo ahora mismo. Hablando con ÉL, me dice una voz en mi cabeza, como las otras veces, vuelvo a escuchar. Y el sabor amargo en mi boca llega a la garganta.

...

Quizá ella sigue aquí, en este aeropuerto, con su vestido morado, con sus aretes brillantes y su nerviosa sonrisa. Buscandome, esperando. Quizá ella se quedo aquí y la persona que regreso a su casa fue otra. Aquella a la que vi cuando llegue de ese viaje. Quizá ella se quedo aquí perdida, y la que volvió se quedo con sus dudas, sus miedos, con todo lo que sintió cuando yo me fui.

E inconsientemente alce la mirada, no se si buscandola, no se si esperando verla. Aun sabiendo que eso no pasaria, tuve esa esperanza. Tuve la esperanza de algo que no sabia que era y que nunca pasó.

Y recuerdo todo, y se me cae una maldita lagrima. Me da vergüenza. Vergüenza de tener que recordarla de esa forma.

Llamo a mi mamá al celular. Pienso decirle algunas cosas que no pude decirle cuando estábamos abrazados, pero no puedo. Ella dice que llego a casa bien y ambos nos volvemos a despedir.

Dejo el teléfono en la mochila e intento dormir, pues nos dicen que el avión va a tardar un poco más, pero no puedo. Es como una tortura.

Y el sabor amargo de la garganta pasa al estomago.

¿Por que me odia si no le hice nada? Me pregunto. ¿Que hice? ¿Que le hice? comparado con lo que hizo ella. No. Ya tengo dignidad. Prefiero quedarme con aquella imagen en su vestido morado, los aretes brillantes y su nerviosa sonrisa. La amé. Pero ya no la amo. Ya no. Esto no es amor, ni se le parece en nada. Se fracturó, ella lo hizo. Y ya no la podré amar.

Es quizá esa necesidad de.... de que? ... creo, de que me explique que pasó con el amor. Pues ella no me perdió, ni yo la perdí, ella se perdió sola, y con ella... yo.

Mis amigos me envían mensajes, me escriben, etc. Aveces quiero desaparecer este telefono, pienso. Pero creo que en el fondo ya no va conmigo eso de alejarme de las personas, de ser seco, de ignorar las cosas que ignoraba ayer. Así que me tomo tiempo de responderles sus saludos de despedida y sus deseos de buen viaje.

Creo que no estoy solo... inclusive ahora que ando a miles de kilometros de mi ciudad natal, de mi madre, de mis amigos, de mis lugares favoritos, de la chica que alguna vez amé mas que a nada; me siento cómodo, como nunca.

...

Recuerdo que por altavoz anuncian que podemos abordar, yo saco mi ticket, doy un respiro, cojo mi maleta, me pongo de pie, pienso en mi, en mis problemas, y los dejo allí, sentados, viendo como me voy sin ellos, viendo como los abandono con aquella chica del vestido morado que me despide con los ojos apunto de soltar una lagrima, como hace un año.

...

Inconscientemente apuro el paso con el ticket en mano al avión. Ya sentado, miro por la ventana y la maquina alza el vuelo. ¿Pasaré por su casa? me pregunto ¿será aquella su casa? ¿Quedará por alla? ¿Sabrá que me voy? Adios, le digo. Aunque ella nunca pueda escucharme.

Indistintamente de lo que haya pasado, al fin y al cabo fueron sus decisiones las que tomaron el rumbo de esta historia, para bien o para mal(yo creo que para mal).

Duermo todo el viaje, como nunca. ni siquiera cuando me fui a Ecuador dormí tanto durante el viaje. Y, después de 6 horas, al aterrizar, pienso rápidamente en este blog. Que ha sido como mi bitácora de todos estos años de oscura juventud, de nostálgicos recuerdos, de historias eternas. Tengo que escribir sobre esto, darle un final a esto. Que es historia. Que es eterna.

¿Si la tuviera frente a frente que le diria? me pregunte mientras esperaba mi otro vuelo de conexión en Miami.

Le diría: 

-Hola, por qué te perdiste?-

-Porque no te amaba como creia que te amaba- me dirias seguramente.

-Te veias muy bonita en aquel vestido morado- 

-Angel, ya basta... no se por que dices eso- Me volverías a decir casi seguramente.

-Que paso?-

-Nada, que empece a sentir cosas por ÉL y ya, hice mal en volver contigo... disculpame- Tu pedirias disculpas, pues lo tuyo no es pedir perdón, pues no lo buscas a pesar de lo que causas.

-Ya una vez me pediste perdón- en ese rato tu cara cambiaría y recordarías y caerías en cuenta de lo que he mencionado antes.

-Si bueno, asi es, aparte tu blablablablablabla- y empezarías a dar una serie de incoherencias, de ridiculeces, de excusas tontas cuando ya has dado una respuesta.

-Para ¿Porque dices todo eso? estas dando vueltas al asunto...- y allí interrumpirías tu.

-No angel! no son incoherencias- por alguna razón me leíste la mente - las cosas son así blablablablabla-

Así seria ESA conversación, sobre todo ESA. Pues es la que mas le cuesta, nos cuesta. Ella leyendome la mente y yo diciendo verdades que ella ignora que yo se. Al final ninguno aceptaría su error. Porque ambos lo tuvimos. Pero ella más. Y cuando hay un tercero todo se vuelve peor.

Y es gracioso, cuando lo imagine, sonreí al visualizar su enojo, que da miedo, pero que da cierta constancia de que siempre será mas vulnerable de lo que aparenta. No por burla, por nostalgia.

Todo lo que pasó fue como una guerra, los amigos se dividen al igual que las opiniones. Y ella, ella allí, con miedo, aparentando fuerza, buscando apoyo, no lo tiene. Quien la apoyaría después de lo que hizo. Solo ÉL, pero el esta vendado, no ve mas allá de lo que hizo, nunca lo hará, pues cree amarla, y no la ama, eso tampoco es amor. Solo los que no saben lo que realmente paso, los que escuchan lo que ella dice, de mi, de lo que pasó, sus amigos del colegio que solo ve en fiestas, los que no se quieren meter en el asunto porque realmente yo les valgo madre y ella también. Esos, esos la "apoyan" pero esos son fake. Ellos no la conocen realmente, ni a mi, ni a ella, ni a ÉL.

-Pero tu me dijiste esto y esto y blablablablablabla- empezarías.

Y ambos sabemos que esas son estupideces, boberías, excusas. Aunque quiza tiene razon y si fui todo eso que me decia y fue mi culpa que se fuera. Que se vaya con otros brazos. Pero eso también es mentira. Quizá fue porque trate de alejarme, de desligarme de ella, pero siempre mirando de reojo por si ella se disponía a dar un paso a delante. No lo hizo. Nunca. Al contrario, se creo una imagen distorsionada de mi, como si nunca me hubiera conocido. Quizá nunca me conoció con detenimiento a pesar de abrirle mi corazón a pleno, no se. Quizá lo hizo y ahora es ella quien tiene unos lentes oscuros puestos, que, por ÉL, no se atreve a quitarselos.

A veces pienso que soy una mala persona, pero quizá simplemente soy una persona a la que le han pasado cosas malas. A la que la vida le ha jugado un poco chueco. Y, cuando alguien entra en tu vida en esos momentos, sueles compararla no por que sepa superar sus problemas, si no porque su vida es menos complicada que la de la anterior persona. Y eso me pasó a mi. Y fui desterrado por otro.

Y si digo esto no es por celos, aunque quizá si. Creo que seria lo normal. La mas acertado. Pero eso ya queda en el corazón de cada uno. Pues tengo plena certeza de que fui valiente al arriesgarme a confesarle mi amor, mis sentimientos, a decirle luego de darnos un primer beso todos los días que la amaba, que estaba siempre guapa y hermosa, y por eso fui feliz. Es algo que me enorgullece bastante. Pues es algo que hace que lleve la cabeza siempre en alto, de ser capaz de haberlos mirado a los ojos a ambos y ver su reacción, no por reto, por autoestima. Aunque esta se venga abajo cuando me vuelva a preguntar a mi mismo ¿Se habrá enterado de mi viaje?

En fin. 

¿Que estarás haciendo ahora a las 3 AM mientras escribo esto? seguro al teléfono con ÉL. Riendo. Diciendo cosas que quizá me solía decir a mi, suplantando tu dolor, tus ausencias. Mintiendole. Planeando Furtivas escapadas. Que se yo. Aunque quizá si lo sepa. Es por eso que aveces, solo a veces,  siento envidia; pues a mi también me hubiera gustado tener la fortuna de que me pasará lo que a ella, de tener a alguien (quien sea) que este a mi lado como ÉL a ti. Que suerte tienes. Pues fueron incontables veces las que a mi me hubiera gustado tener un hombro en el cual llorar, un cuerpo con el cual desquitar esas ganas de ser querido, una voz que me diga que lo que estaba haciendo estaba bien. Pero no fue así. Que suerte tienes.

Solo me tuve a mi y a tus mentiras.

Pero a pesar de todo, ya no duele como antes. Pues hacen como 7 meses que paso todo esto, 4 desde la ultima vez que hablamos, 3 desde mi cumpleaños, 6 días desde la ultima navidad y antes de ayer que fue año nuevo. Y sigo vivo. Destrozado, pero vivo.

...

Quien alguna vez lea este blog quiero que sepa que fui feliz y a pesar de que la vida estos últimos años ha sido bien hija de puta conmigo, se que si sigo luchando voy a lograr mi paz, mi tranquilidad. ¿Felicidad? eso no existe. O si, pero la felicidad son solo momentos, segundos, que uno debe aprovechar. Eso significa felicidad. Como aquel momento en el que vi a aquella chica del vestido morado estirando los brazos para abrazarme.

Ya no se puede vivir de la desdicha. hay que tratar de vivir con lo que tenemos y no de lo que carecemos, porque si no va a ser difícil... y es un camino muy difícil. Pero que se yo. Tengo 24. Y aquí queda plasmada mi despedida de este blog. No siento pena como solía ver en las despedidas de otras paginas de otros autores. No siento melancolía, tampoco. Me siento... liberado.

Ella alguna vez me dijo que había cambiado, pero se equivocaba. A principios del año que pasó aprendí muchas cosas de la vida, y aprender no es cambiar, es crecer. Y yo crecí.

Aunque mi historia con esta mujer de la que les hablo no fue la de un final feliz y la cual me llevó a la desdicha, se que en algunos años volveré por aquí para escribir un resumen de mi vida hasta ese momento. Quizá mas interesante y mas emotiva que esta, con muchas mas sonrisas, nadie sabe, ni yo.  Pero tengo la seguridad que vienen tiempos de bonanza. Por el momento solo me queda decirles...


Adios.




PS: Es raro como este blog empezó por una cuestión de desamor y termina casi por la misma ruta.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

La promesa

-Hola...- me dice.

-Hola- le digo y le doy un beso en la mejilla, puedo notar su aroma - tengo que ver unas cosas de la matricula, no se que pasó- le vuelvo a decir.

Con un "no te preocupes" y al ver que la fila de espera para ser atendido era larga, su mirada cambia y mira hacia cualquier otra cosa que no sean mis ojos.

-¿Como has estado?- pregunto.

-Bien- me dice mirandome y luego volteando la cara. Coje el celular. -¿Y tu?- pregunta.

-¿Yo? bien, estresado por este tramite- le digo.

Luego nuestra conversación se basa a lo desastrosa que es la matricula en la universidad, el desorden y esas cosas que dan ganas de mandarlas por un tubo.

En eso llega un amigo y juntos se van a una banca para charlar, dejandome a mi haciendo la cola.

Esta vez cojo yo mi celular y reviso mis mensajes. Específicamente los de ella. 
Hoy en día no recuerdo muy bien lo que decían esos textos, pero me vienen a la mente palabras como: Hablar contigo, te extraño, cuando llegues a lima. 

Yo volteo a verla, y, por alguna extraña razón, ella también estaba mirandome. Le sonrío y ella también sonríe.

En ese momento pienso que esa es una de las cosas que me encantaban de cuando estaba con ella, esa capacidad de leernos las mentes y hasta decir las mismas cosas al mismo tiempo. Fue genial ese momento.

Quizá eso fue lo que me cegó de todas mis dudas y problemas sin resolver con ella. Esa necesidad de tapar el sol con un dedo. Pero en fin.

Pasaron las horas y creo que ninguno entro a sus clases respectivas, nuestro amigo se va y nos quedamos solos conversando. 

Caminamos hasta una tienda. Yo contando un resumen de mi viaje, de como tome clases de tabla, de la gente que conocí, etc. Ella parecía no prestarme atención, al parecer sus vacaciones no habían sido tan divertidas. O al menos eso me hizo creer ella.

Nos besamos, fue inevitable. Yo tenia mucha pena y un corazón roto. Y ella... ella no se, nunca lo supe. O almenos creo saberlo. 

Pero fue hermoso, fue como cuando nos besamos por primera vez, ambos sonreímos como niños, con nerviosismo, como pubertos recibiendo un primer inolvidable beso.

La tome de la mano y le acaricie el rostro. Nos abrazamos una eternidad.

-No te vuelvas a ir- le dije.

-No lo hare- me dice y nos volvemos a besar.

Los días pasaron y yo pequé de sincero, de muy honesto. Pues aveces cuando una persona esta en falta tiene la necesidad de reparar el daño. En nuestro caso fue al revés y fui yo quien se encargo de no hacerla sentir mal, frente a mis amigos, frente a nuestro grupo, en la universidad. Lo que paso... ya fue, le decía; pero ella parecía seguir viviendo con un remordimiento inmenso. Y lo peor era que yo lo notaba. Que yo sabia todas sus mentiras.

Quizá algo de culpa tengo, por confiar tan rápido y dejarme envenenar con medias verdades. Quizá si tengo la culpa, por querer recuperar lo irrecuperable. Quizá fue enteramente culpa mía por correr sin antes empezar a caminar otra vez y dejarla entrar a  mi fracturado corazón.

Pero así se dio. Y ella no aguantó, nunca supe muy bien lo que pasó con ella. Su mirada, a pesar de la oportunidad que le di, nunca volvió a ser la misma, ni su risa, ni su manera de ser. Se perdió.

Y volvió a pasar lo de la ultima vez. Con mentiras, se alejó.

Y no reclamo que se haya ido, pues quizá ella mentía por no hacerme daño, pero yo hubiera preferido una verdad a una mentira. Al fin y al cabo, me merecía una explicación después de todo lo que pasamos, después de mi plena sinceridad y confianza.... después de haberlo apostado todo por ella.

Sin embargo todo fue exactamente como la ultima vez.

La ultima vez que escuche su voz fue por teléfono, nunca la había escuchado así, gritandome como si yo hubiera tenido la culpa de algo, reclamando, justificando sus faltas, restregandome lo imbécil que era, lo inepto, y muchas otras cosas más que probablemente si sea. Me pregunto ahora si ella hubiera sido capaz de decirme todo lo que me dijo en mi cara, si hubiera tenido la decencia de mentirme mirandome a los ojos. Al colgar, mi mamá toca la ventana de mi habitación. -Ya esta la comida- dice luego de un segundo de silencio.

Pasaron los días y las semanas, siempre esperando una llamada (como antes de mi viaje), hasta que un día, simplemente, deje de esperar.

Y aquí me tienen... mucho tiempo después de todo eso, ya es casi fin de año. Obligado a continuar. Pues creanlo o no, me quede a medio camino. Es raro esto de ya no estar con ESA persona, sobre todo después de tan fuerte conexión, de tantos momentos sinceros y que por una mentira todo se viene abajo y pones en duda todo lo vivido.

Aveces trato de estar bien y lo logro con éxito, otras no.

A veces tan solo recuerdo la promesa que me hice en Ecuador: "Siempre hay que ganarle a la adversidad" y sigo mi camino.

La terminal

Creo recordar bien claramente lo siguiente que le dije a mi hermana: sabes, este año es mi año, habrán muchas cosas buenas, dicen que es mi año de cambios y se que serán cambios buenos, sabes. Estoy ansioso por que sea ya 2012, ya merezco por fin un año bueno, sabes.

Recuerdo que mi hermana se ríe, pues ella siempre cree que todo lo digo en broma. Pero no fue ese el contexto con el que quise hablar. Yo hablaba muy enserio. Dice: Que buena hermano.



...Meses después en el terrapuerto de Guayaquil - Ecuador.


¿En que momento se jodio mi vida? me pregunto mientras intento distraerme con la gente que pasa apurada hacia las terminales. Llevo como 3 horas de las 5 que faltan para subir al bus que me lleve a mi pais.

Fue allí sentado, durante 5 horas, que pienso en mi vida. Me rio, niego con la cabeza y suspiro.

Me hice una promesa y luego me dirigí a un restaurante arrastrando mi maleta.

...

Llego a Piura con un sol inclemente para luego ir a Trujillo. Visito algunos familiares en el camino.
Ya de noche, cojo otra vez mi maleta y tomo un taxi rumbo a la otra terminal.

...

Llego a Trujillo muy de mañana, cansado, sudado y con muchas cosas en la cabeza. Paso el ultimo fin de semana allí, pero la verdad... quise regresar a Lima.

...

Aveces tengo terror de realizar viajes, pues siempre que llego a mi hogar algo pasa, y todo cambia.
Sin embargo algo tenia yo muy en claro, Tenia una promesa que cumplir y lo iba a hacer.