domingo, 20 de diciembre de 2009

El dia del aniversario


Es viernes, un día que amaneció nublado pero que luego nos sorprendió con algo de sol. Recojo a T de la universidad y juntos caminamos un rato hasta que me doy cuenta que el sol me está jugando una mala pasada y ya estoy empezando a sudar. Tomamos un taxi y ya sentados T me coge de la mano y me sonríe.

Amo su sonrisa y compruebo que ya es definitivo, estoy sudando y no precisamente por el sol. T tiene esa gran facilidad de ponerme nervioso en circunstancias extrañas, con ella no sé cómo será el minuto siguiente y es esa extraña forma de aventura inesperada lo que me enloquece.

Llegamos a larco mar, el sol se va y yo dejo de sudar. Decidimos ir a comer a un restaurant e inconscientemente pienso: esto me va a salir algo caro.

Una rubia nos atiende en la puerta y nos lleva hacia una mesa con vista al mar. Me siento muy impresionado por el lugar, por un momento incluso alguien importante. Cojo el asiento y T sonríe al notar que lo estoy acomodando para que ella se siente.

Ordenamos una ensalada cesar junto con dos cuartos de pollo con papas. T no deja de sonreír y, como siempre, empieza a contarme sus cosas. Eso es lo que más me gusta de ella, siempre tiene algo que decir en el momento preciso, y yo solo me limito a escucharla atentamente.

Llega la comida y me doy cuenta que moriré de sed, así que ordeno una jarra de refresco. –Por el precio debe ser una gran jarra- pienso, pero grande es mi sorpresa al ver una pequeña jarrara que queda vacía al verter su contenido en ambos vasos.

T me observa con extrañeza, sabe que soy muy “aguatero” y muy amablemente me ofrece su vaso de chicha al ver que yo ya me tome el mío. La amé.

Seguimos hablando de cosas que no recuerdo pues me pierdo entre sus ojos, sus labios y los cálculos mentales que hago para sacar la cuenta final de todo lo consumido. Trato de no parecer un tonto pero logro hacerlo sin mucho esfuerzo.

No pasa mucho tiempo hasta que traen la cuenta. Saco la billetera y pago la cuenta. T me observa y se da cuenta que estoy consternado, así que coge el papel y pone cara de asombro.

Salimos de la mano, escoltados por la recepcionista rubia, que quizá hubiera esperado que le deje propina. Y yo sonrío por haber pasado tan agradable velada con T quien coge su cámara digital y propone tomarnos una foto. Yo acepto a regañadientes, pues me da algo de roche tomarme fotos en lugares llenos de gente, pero igual esboso una sonrisa de alegria.

Nos vamos de lugar caminando por los adoquines de piedra al mismo tiempo que arrugo el recibo y lo tiro a la basura.


7 comentarios:

  1. Auch, Larcomar, afortunadamente vivo en Chosica y tengo pretextos para invitar a alguien a sitios recontra baratos sin que pongan mala cara :D


    Aunque siendo T, como creo que es, de seguro no le importa tanto a dónde la lleves, mientras esté contigo. =)

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  2. que lindo un mes mas (SUPONGO Q UN MES, NO SERA UN AÑO ¿NO?) que linda ella que te cede su agua.
    -YO NO HARIA ESO, por la aguatera soy yo-
    oe la propina no es obligatoria, jajaja

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  3. ohhhhhhhhhhhhh so cute!! jeje
    felicidades pero bueno al mal tiempo buena cara, que linda ella, en serio!

    bsos de esposa primeriza y Recién casada

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  4. awwwwww!!!!

    un mes... vaya, yo tb quiero estar enamorado!

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  5. Yared: pues si, T siempre tiene esa sonrisa dulce para mi.

    Pumara: jajaja pues eso de las propinas lo trajeron los gringos.

    Fiore: pues si tengo que aprender a disimular mi costernacion jajajaja.

    javier: en realidad este post lo escribi cuando cumplimos 6 meses. ahora tenemos casi casii casiii 3 años :D

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  6. bien broder un mes mas, las relaciones tienen sus altibajos pero lo bueno es que si el amor es grande se superan

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  7. Uuuh! Te amo mi amor =)

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