domingo, 5 de agosto de 2012

Otuzco III

Al despertarme, el frio ya se ha ido un poco. Y un buen desayuno serrano no me caeria mal.

Conseguir desayuno tampoco fue ten dificil Especialmente en un pueblo donde abundan los restaurantes como otuzco.

Al terminar me dirijo a la imponente iglesia de la plaza. En ella habita una de las imagenes mas representativas de america. Es la virgen de la puerta, tan milagrosa como antigua.

Al pasar por un pequeño museo que hay al lado de la iglesia se puede ver las vestimentas que viene usando desde los años 50.

Al entrar me encuentro con una anciana en la puerta. Ella me sonrie y me señala la entrada lateral. Yo le respondo la sonrisa y un gracias. Ella sonrie más.

En esta anciana noté algo distinto. Pues nunca habia visto a una persona de su edad sonreir de esa manera. Como en paz y feliz de si misma.

Me quede con las ganas de preguntarle por que sonreia así.

Entré a la iglesia e hice algo que no hago muy amenudo. Rezé por todos. Agradeci por lo bueno y lo malo. Me quede un buen rato pidiendo por mis seres queridos y por algunas personas a las que quieto mucho.

Y fue en ese momento que entendí algo. No se que fue, pero de alguna manera senti esa ligera paz que senti al ver a la anciana.

Me puse de pie. Y sali.

Ya en la puerta, pude ver a aquella mujer caminando muy despacio por la calle lateral.

Su caminar no parecia calculado. Era como si caminara pensando en miles de cosas.

Por algun motivo, voltea. Me mira. Y vuelve a sonreir.

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