lunes, 8 de octubre de 2012

Clases de surf

El día amenece muy hermoso, con sol.Son casi las 12. Me recupero un poco de la noche anterior saliendo a tomar un batido de frutas.

La del puesto de batidos pregunta si soy peruano. Yo le digo que si, y entablamos una conversación de casi 30 min.

Al irme y prometiendo volver, veo el anuncio clases de surf en una tienda.

De alguna manera me senti arriesgado ese día, nunca en mi vida hubiera pensado en meterme muy dentro del mar, sobre todo por la cantidad de miedo que mi madre siempre me impuso.

La argentina, que estaba en la caja, me entraga el recivo y acordamos que mi instructor me veria a las 4pm en esa misma tienda.

...

Pasé la mayor parte de la tarde la pase conociendo más el lugar, viendo artesanias que nunca compré.

La gente, ese sabado, parecia muy entusiasmada. Y si no fuera porque las calles eran pequeñas, me parecia que habian cada vez mas personas.

Ya como a las 3:50 salí del hotel. El instructor de tabla estaba en la tienda. Su nombre era C y tenia 27 años, pero parecia de mi edad.

Aquella tarde me caí un monton de veces de la tabla, solo logré ponerme en pie unas tres veces durante 4 o 5 segundos.

Ya como a las 6 el atardecer en motañita se acababa. C me pregunta si quiero seguir. Yo le digo que no. Y era verdad, me dolia ya todo el cuerpo.

Caminando por la playa C y yo nos volvemos amigos, nos contamos algo de nuestras vidas, C es local, a vivido en montañita toda su vida, tiene. Un hostel de 3 pisos que es en donde vive junto a su familia. Luego pregunta algo que no habia preguntado hasta ahora: ¿de donde eres?

Al darle mi respuesta, agrega: oh, en mi hotel viven dos peruanas. Salgamos esta noche.

Yo asiento con la cabeza.

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